lunes, 28 de enero de 2008

Trece Lineas Para Vivir

Si bien no es un cuento o un fragmento de uno... son trece cosas que siempre tendríamos que tener en cuenta y que lo mas probable es que hallan leído porque por lo menos vi tres mails con ellas. Bueno... no queda más que leerlas, son del espectaculár Gabriel García Márquez (con nombre y apellido como sus personajes) asique no hay forma de que no sean sabias...

1. Te quiero no por quien eres, sino por quién soy cuando estoy contigo.

2. Ninguna persona merece tus lágrimas, y quién las merezca no te hará llorar.

3. Sólo porque alguien no te ame como tu quieres no significa que no te ame con todo su ser.

4. Un verdadero amigo es quien te toma de la mano y te toca el corazón.

5. La peor forma de extrañar a alguien es estar a su lado y saber que nunca lo podrás tener.

6. Nunca dejes de sonreir, ni siquiera cuando estés triste, porque nunca sabes quién se puede enamorar de tu sonrisa.

7. Puedes ser solamente una persona en el mundo, pero para una persona tú eres el mundo.

8. No pases el tiempo con alguien que no este dispuesto a pasarlo contigo.

9. Quizá Dios quiera que conozcas a mucha gente equivocada antes de que conozcas a la persona adecuada, paraque cuando al fin la conozcas estés agradecido.

10. No llores porque terminó, sonríe porque sucedio.

11. Siempre habrá gente que te lastime, asi que lo que tienes que hacer es seguir confiando y sólo ser más cuidadoso en quién confías dos veces.

12. Conviértete en una mejor persona y aseguráte de quién eres antes de conocer a alguien más y esa persona sepa quien eres.

13. No te esfuerces tanto, las mejores cosas suceden cuando menos te las esperas.

martes, 15 de enero de 2008

Perfecciones

Por momentos Matea se preguntaba cómo sería no ser perfecta. Pensaba si realmente todos creían que era perfecta porque realmente lo era. El mundo la amaba, no había quien tuviese algo de indiferencia para la pobre Matea. Los que no la amaban, la envidiaban, por ser simplemente la que todos quieren ser.
Ella era bellisima, sus ojos eran grandes y verde brillante como dos gemas recién lustradas, su nariz respingada concordaba con sus femeninos labios y su cara de muñeca de porcelana. Su largo cabello negro caía en ordenados y abundantes bucles sobre su espalda. Su delgada cintura daba lugar a dos largas y estructuradas piernas que cada vez que caminaban parecían estar bailando una compleja figura de tango.
Su inteligencia era superior a la de cualquier persona de su edad y no había tema alguno del cual no pudiera discutir. Era sorpresivamente ironica y de un humor delicadísimo. Honesta y sencilla, jamás discriminaba y sus modales eran impecables.
Sin embargo hay algo que me olvido cuando les hablo de Matea, algo que la atormentaba y hacía a su gracia y belleza nulas, a su inteligencia inútil y a su perspicacia inservible. Matea estaba completamente sola. Bah, sola es solamente una forma de decir.
Tanto tiempo le llevaba su perfección a Matea, tanta atención a los pequeños detalles, tanto afán en mostrarse felíz ante los demás, que olvidó de ser feliz en serio, no en forma figurada...