Si les cuento estos detalles sobre el asteroide B 612 y si les confío su número, es por las personas mayores. A ellas les encantan las cifras. Cuando se habla de un nuevo amigo, nunca preguntan lo escencial. Jamás dicen: "¿Cómo suena su voz? ¿Que juegos prefiere? ¿Colecciona acaso mariposas?" En cambio preguntan: "¿Qué edad tiene? ¿Cuántos son sus hermanos? ¿Cuál es su peso? ¿Cuánto gana su padre?". Solamente entonces creen conocerlo. Si ustedes le cuentan a las personas mayores: "Vi una linda casa de ladrillos rosados, con geranios en las ventanas y palomas en el tejado", no se la pueden imaginar. Hay que decirles: "Vi una casa de cien mil francos". Entonces exclaman: "¡Qué hermosa debe ser!".Aunque ustedes les digan: "El principito esxistió, porque tenemos pruebas de que era encantador, sabía reír y deseaba tenerun cordero; desear un cordero es una prueba de que uno existe", se alzarán de hombros y dirán que son niñerías. Pero si ustedes les dicen: "El planeta donde vivía el principito es el asteroide B 612", se convencerán y los dejarán tranquilos con sus preguntas. Son así. No hay que tomarlas a mal. Los niños deben ser muy indulgentes con las personas mayores.
Nosotros, que comprendemos la vida, nos reímos de tales cifras.
El Principito, Antoine De Saint Exupèry, 1943
