cuento completo
Era temprano esa mañana de otoño. Juan se levantó a regañadientes. Llovía a cántaros desde la noche anterior. Sus ojos grises dieron un vistazo rápido hacia la ventana. Se levantó muy despacio y se dirigió al baño a paso de tortuga. Al salir de la galería sintió que el granizo que caía sobre los muebles del jardín que había comprado la semana anterior. Entró en el baño. Mientras se lavaba la cara pensaba en su posición actual, que no era la mejor.
Si me hubiera quedado con mis viejos... al vez hubiera seguido la universidad. Hubiera sido abogado o algo asi. No hubiera terminado como ahora, viviendo dónde el diablo perdió el poncho, en una casa más vieja que la humedad... bueno, tal vez sean de la misma época; se hicieron amigos y por más obrero que vega no se van a separar...
Se dirigió a la cocina, quería tomarse un café con leche o algo así. Sonó el telefono, él atendió.
- Hola... si...
- Pibe, te conseguí un trabajito, sabés... - dijo áspera la voz en el teléfono
- Para flaco... ¿Así de la nada me decís esto?
- No te podés abrir así como así, no te vamos a tratar como a un rey, es tu laburo y tenés que hacerlo.
- ¿Cuándo? - ahí se dio cuenta de cuanto detestaba su trabajo.
- Hoy a las tres de la tarde.
Las cartas estaban echadas.
Juan colgó el teléfono. Se cambió en un santiamén, tratando de seguir al pie de la letra las instrucciones que su jefe le daba siempre.
Se sentó en el living, viendo llover. De repente un ruido le partió la cabeza en dos. El reloj indicaba que ya era la hora de salir. Al poco tiempo llegó al lugar pactado. Allí estaba el sujeto ¿Quién sería? Se acercó despacio y le dió la peor golpiza que el hombre podría haber tenido. Finalmente tomó un cuchillo y lo mató a sangre fría. De pronto escuchó voces. Salió corriendo.
- ¡Uy! ¡Dios mio! ¡Está muerto! - dijo un hombre tan anonimo como el muerto
¿Qué querés que haga? Este es mi laburo macho... pensó Juan mientras caminaba por la calle desolada que lo llevaría nuevamente a un lugar seguro.
invierno de 2002.-